miércoles, 11 de noviembre de 2009

Equinoterapia y Discapacidad infantl

Hoy seguiremos abordando terapias no tradicionales para la Discapacidad. Nos referiremos al tratamiento de la Discapacidad infantil aplicando la Equinoterapia.

El caballo transmite impulsos rítmicos a la cintura pélvica, a la columna vertebral y a los miembros inferiores que influyen sobre el tono muscular, el equilibrio, la coordinación y la destreza muscular de manera que los movimientos de una persona a caballo simulan los movimientos de la pelvis y el tronco de una persona caminando.

Al montar a caballo se activan los flujos ascendentes y descendentes de información en el sistema nervioso, la información que se genera mejora la percepción del esquema corporal, las reacciones de equilibrio y el control de la postura, todo lo que favorece el aprendizaje motor.

El desplazamiento del caballo moviliza el centro de gravedad del jinete con un ritmo variable, constante y repetitivo. Cada paso completado del caballo impone movimientos a la cadera de derecha a izquierda, hacia arriba y hacia abajo, hacia delante y hacia detrás, con movimientos de rotación asociados, desencadenando ajustes corporales necesarios para mantener el equilibrio. El paciente no enfrenta pasivamente el movimiento sino que ante los estímulos que representa la marcha del caballo, el jinete trata de mantener el equilibrio y sus músculos se ven obligados a reaccionar.

Durante una sección de Equinoterapia el niño discapacitado recibe estimulación táctil al contacto con el pelo del animal, motora por los ajustes corporales que debe realizar para mantener la postura y el equilibrio en respuesta a los movimientos del caballo.
Durante el contacto del paciente con el equino éste le transmite calor que ayuda a relajar sus músculos.

Esta terapia tiene además una ventaja, porque genera una relación afectiva entre el niño y el animal, sobre todo cuando éste participa en el cuidado del caballo, cepillándolo y alimentándolo.

Al ser una actividad al aire libre, en contacto directo con la naturaleza y realizada en un espacio abierto, tiene un efecto favorable en la esfera psicológica y emocional del paciente, que con frecuencia se ve limitado por su discapacidad a realizar actividades de este tipo. Sirve de marco para el aprendizaje de un gran número de habilidades: estimula las ganas de vivir y la alegría, disminuye la sobreprotección, favorece los ajustes de conducta y disminuye la ansiedad y las fobias.

La Equinoterapia es un tratamiento no invasivo, que complementa otros tratamientos, nunca los sustituye. No debe considerarse como una opción aislada sino como parte de un conjunto de acciones terapéuticas dirigidas a neutralizar la discapacidad, aumentando el desarrollo de los potenciales residuales y generando nuevas capacidades.

Es muy importante que todo paciente que se incluye en la actividad tenga un certificado médico que refleje que no existen contraindicaciones para montar a caballo.

Además hay aspectos importantes a tener en cuenta para el desarrollo de la Equinoterapia como la selección del animal, las características del caballo como su tamaño, su temperamento, su docilidad y la variedad de trotes.

Así mismo el instructor de Equinoterapia debe tener amplios conocimientos sobre Discapacidad para poder comprender las necesidades específicas de cada paciente y debe además conocer sobre caballos para poder emplear de modo eficiente al animal en la actividad.

La duración de una sesión de Equinoterapia se incrementa de forma progresiva y se adapta a las características individuales de cada caso. De manera general se recomienda una duración entre 15 a 30 minutos, dos o tres veces a la semana, pudiendo progresivamente incrementarse hasta una hora.

Habitualmente antes y después de montar se recomienda una sesión de fisioterapia para preparar el músculo para la actividad que se va a realizar y para relajarlo una vez finalizada.
El personal necesario para llevar a cabo esta rehabilitación consta de un experimentado en equitación, un terapeuta y un ayudante.

Pensemos nuevamente en Villa Gesell y consideremos la posibilidad de implementar la Equinoterapia para nuestros niños discapacitados. Ésta es una terapia de rehabilitación que aporta muchos beneficios, y nosotros tenemos la infraestructura para realizarla.

La semana próxima vamos a seguir conociendo otras terapias no tradicionales que ayudan a mejorar la calidad de vida de los discapacitados.

Les dejo una vez más mi dirección de correo electrónico ursula.klemens@gmail.com
Y recordemos siempre que los Derechos no son privilegios.
Hagamos uso de lo que tenemos y sigamos también trabajando juntos para alcanzar las victorias que nos faltan… Porque como dijo el poeta…“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”… y en él estamos todos.

Úrsula Klemens

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