jueves, 17 de septiembre de 2009

La Discapacidad en la literatura

Las personas con discapacidad han sido un recurso como personajes literarios utilizadas desde siempre en la literatura.
El colectivo de las personas con deficiencia visual ha sido el más tratado, seguido de las personas con enfermedades mentales, y en menor medida las personas con deficiencia auditiva o las que sufren cualquier otro tipo de discapacidad.

Desde El Lazarillo de Tormes del siglo XVI, hasta otros libros más actuales del siglo XX, como puede ser el conocido Ensayo sobre la ceguera del Nóbel José Saramago, la literatura ha incorporado la discapacidad en sus letras.

En una buena parte de la producción literaria en la que se aborda una característica de la condición humana como es la discapacidad, suele encontrarse el mismo tipo de contradicciones que percibimos y sentimos cuando, de manera habitual o casual, nos relacionamos con aquellas personas cuyas diferencias se deben a las consecuencias socioculturales que se generan de un déficit sensorial, motriz, psíquico y/o mental.

Estas contradicciones son de orden ideológico y contribuyen, en cierta medida, a construir una identidad ambigua de la discapacidad, tanto desde el mundo real como desde el mundo ficticio de la literatura.

Las ideas dominantes que se han mantenido en nuestro entorno cultural, sobre las personas con discapacidad, han sido aquéllas en las que el déficit se ha enfatizado subrayando las carencias, lo que les "falta". Este modo de concebir la discapacidad conlleva un elenco de actitudes ambivalentes que van desde el rechazo y el aislamiento y, en el otro extremo, a la protección y provisión de unos medios especiales, siendo el punto común que comparten ambas actitudes la valoración negativa de las diferencias.

En la literatura, estas creencias y actitudes se encuentran dramatizadas en diferentes personajes y, debido a la mayor consistencia que adquieren mediante la palabra escrita u oral y la imagen, han llegado a crear verdaderos arquetipos formando parte del imaginario de nuestra sociedad. Así, nos encontramos con que las distintas discapacidades han sido representadas unas veces por personas que simbolizan la maldad, el horror, la fealdad o, contrariamente, la bondad, la nobleza y la belleza espiritual, provocando el rechazo y la burla, o bien, la sobreprotección y la piedad o un raro sentimentalismo.

Este modo de acercarnos a la discapacidad desde la literatura, refuerza los prejuicios que tenemos sobre las diferencias y entorpece el que podamos ampliar lo que acostumbramos a entender por normalidad.

Actualmente, en la literatura, la discapacidad está muy presente y a veces da la impresión de que la razón es porque "vende"; el cine es un ejemplo. Sin embargo su presencia es importante, si las historias en las que se narran cómo son y viven las personas sordas, ciegas, con parálisis cerebral, deficientes mentales, autistas, y otras disfunciones o enfermedades que conllevan una discapacidad, son contadas teniendo en cuenta cómo estas personas compensan las singularidades de su personalidad y el modo de estar en el mundo es considerado, no como una desviación de la "norma" sino como una manera diferente tan válida como aquélla perteneciente a la "norma".

Es esta concepción de la discapacidad la que puede tener el poder, que se le otorga a la literatura, de provocar cambios en nuestro imaginario. Pero desde esta perspectiva no hay tanta literatura que trate la discapacidad y es que, tal vez, el escritor debería salir de su mundo y documentarse sobre la discapacidad para que la dosis de ficción, de creatividad, de imaginación y de utopía que pone en su historia, no reproduzca los estereotipos que se tienen sobre la personas con discapacidad.

En España, en la ciudad de Madrid, la asociación El Gato de 5 Patas, dedicada al ocio de personas con discapacidad, publicó el libro “DisCuentos”, una antología de cuentos infantiles sobre discapacidad física e intelectual. Su lema es “Luchar, sensibilizar y colaborar para que las personas con discapacidad tengan más posibilidades de participación en la vida social de los municipios”.

“DisCuentos” es impulsado y coordinado por el periodista y escritor madrileño Rubén Serrano, con la colaboración del Ayuntamiento de Rivas y la Fundación Fundar. La antología incluye relatos de escritores españoles e hispanoamericanos.

Serrano es promotor de la campaña benéfica Literatura+Solidaridad, cuya finalidad es sensibilizar a la infancia sobre el papel en la sociedad de los niños y adultos con discapacidad.
Literatura+Solidaridad apoya a la asociación El Gato de 5 Patas en la financiación de sus proyectos de atención a personas con discapacidad.

En una entrevista para el diario español El Mundo, Rubén Serrano explica que esos relatos "han sido concebidos para que los más pequeños entiendan qué significa padecer una discapacidad y hacerles ver que un niño discapacitado es exactamente igual que ellos mismos, contribuyendo de este modo a lograr una mayor aceptación e integración".

Los niños con diversidad funcional aparecen en los cuentos no sólo como discapacitados, sino como protagonistas o personajes de una historia, donde se enamoran, descubren al impostor, viajan y encuentran la piedra filosofal… Todo ello independientemente de su condición de discapacitados.

Ésta es una interesante experiencia que nosotros, los geselinos, podríamos imitar. Imagino a los docentes junto a los chicos de nuestras escuelas escribiendo cuentos con personajes discapacitados mezclados con otros héroes en historias de aventuras, de amor, de amistad y de la vida misma.
¿Podremos alguna vez hacer los “DisCuentos" de Villa Gesell?...

Les dejo una vez más mi dirección de correo electrónico ursula.klemens@gmail.com
Y recordemos siempre que los Derechos no son privilegios.
Hagamos uso de lo que tenemos y sigamos también trabajando juntos para alcanzar las victorias que nos faltan… Porque como dijo el poeta…“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”… y en él estamos todos.

Úrsula Klemens

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