miércoles, 25 de noviembre de 2009

Musicoterapia y Biomúsica

Continuando con nuestro ciclo de Terapias Alternativas para la Discapacidad, hablaremos hoy de La Musicoterapia y la Biomúsica.

La Musicoterapia se presenta de distintos modos según la intención de quien la propone y resulta difícil concluir en una sola definición de la misma. Por esta razón preferimos usar el término abarcando a todos aquellos instrumentos de trabajo terapéuticos orientados a usar la música con objetivos de sanación.

Nos parece oportuno clasificar las distintas musicoterapias de acuerdo a la relación que la persona establece con el fenómeno sonoro.

Encontramos así, las Musicoterapias activas donde el paciente participa del fenómeno sonoro, es decir del hacer musical. Sus objetivos principales son la integración, la comunicación y la adquisición de conductas psicomotoras. Esto es estimulado por la producción sonora, para posibilitar a la persona manifestarse. Se utiliza el canto y la ejecución de instrumentos, más allá de las dificultades particulares. Cada técnica se usa separadamente o complementándose con las otras. De todos modos, lo importante es que aquí la persona interviene directamente en la producción del fenómeno musical.

En cambio las Musicoterapias receptivas se basan en la audición de obras musicales. Aquí la persona no interviene en la producción de la música, solamente escucha. Se apunta, sobre todo, a provocar un estado de relajación.
También existen las Musicoterapias integrativas que resultan de la combinación de los dos tipos anteriores, a los que pueden sumarse diversas técnicas complementarias.

La Biomúsica se halla en este tercer tipo de musicoterapias y se basa en la interrelación entre el cuerpo, la emocionalidad y la energía humana, porque entre ellos existe una armonía inseparable y el sonido puede actuar sobre cada uno de estos elementos, modificando a los demás.

La Biomúsica se define como “la Musicoterapia Evolutiva” porque considera el cambio como un proceso que interesa a todos los seres vivientes, desde su concepción hasta su muerte. Desde este punto de vista, el ser humano es pensado en continua evolución, con el objetivo primario de adquirir conocimientos útiles para mejorar su propia existencia.

Esta perspectiva engloba no sólo las posibilidades de superar un estado negativo, sino también su crecimiento físico y conciente. A partir de esa chispa que lo hace interrogarse sobre su paso por el mundo, la persona puede desarrollar una capacidad que le es propia. Claro que esto no es observable desde afuera, no es comprobable a simple vista, como el crecer de un árbol o el crecimiento de un animal, al contrario, es interno, casi oculto a los ojos de los demás y, a veces, totalmente secreto.

La Biomúsica o la musicoterapia evolutiva, es una nueva rama de la Musicoterapia que usa antiguos conocimientos sobre la influencia del sonido en las personas.

Es una disciplina, como ya dijimos, de carácter evolutivo y método integrativo, que actúa sobre los aspectos emocional, fisiológico y energético del individuo, a través de técnicas lúdicas, de respiración, de movimientos, de relajación activa y emisión de sonidos, elaborando y/o complementando procesos terapéuticos.

El punto de vista evolutivo determina su punto de fuerza, porque considera a cada individuo como un ser en constante evolución, independientemente de la condición física o psíquica en la que se encuentre. Toda la acción terapéutica de la Biomúsica está subordinada a esta visión, lo que determina una actitud positiva en el terapeuta y una consecuente respuesta de parte del receptor.

Por ello es importante no subordinar el aspecto evolutivo a lo terapéutico, sino al revés: la evolución personal puede comprender, entre otras cosas, lo terapéutico.
La Biomúsica utiliza el sonido como motivador, estimulador y evocador de situaciones emocionales, pero también integra otras técnicas para influenciar sobre el organismo, la emocionalidad y el campo bioenergético de la persona.

Si reconocemos que los procesos terapéuticos son todos los senderos de prevención, educación, rehabilitación y de desarrollo personal, que contribuyen al crecimiento del individuo; en la actualidad la Biomúsica se emplea en grupos de todas las edades. Basada en los poderes que los antiguos otorgaban al sonido y con unos principios que se podrían resumir con el dicho de que la música amansa a las fieras, la biomúsica es una técnica para la mejora del cuerpo y de la mente que se utiliza con niños en riesgo de exclusión, con drogodependientes, con embarazadas, en hospitales, con tóxico-dependencias, en diferentes tipos de discapacidad y como técnica de desarrollo personal.

La Biomúsica, rama de la Musicoterapia, fue inventada por el músico argentino, residente en Italia, Mario Corradini, quien desarrolla una intensa actividad en el campo de la composición musical y en la investigación sobre las propiedades terapéuticas del sonido. Con la Biomúsica trabaja para la rehabilitación de personas en escuelas, en grupos e instituciones con niños y adultos.

Dice Corradini: “El objetivo principal de una intervención a través de la Biomúsica es contribuir a cambiar una realidad psíquica-emocional no deseada en otra realidad de características positivas para la vida del individuo, tales de permitirle un mejor contacto consigo y con los demás.”

Les dejo una vez más mi dirección de correo electrónico ursula.klemens@gmail.com
Y recordemos siempre que los Derechos no son privilegios.
Hagamos uso de lo que tenemos y sigamos también trabajando juntos para alcanzar las victorias que nos faltan… Porque como dijo el poeta…“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”… y en él estamos todos.

Úrsula Klemens

No hay comentarios:

Publicar un comentario